viernes, 28 de junio de 2013

KRAMER CONTRA KRAMER (1979)

"¡Vengo a compartir con mi esposa uno de los cinco mejores días de mi vida, y me dice que ya no quiere vivir conmigo! "

Una de las mayores desgracias que puede sufrir un niño de siete años es vivir la separación de sus padres. Cuando esto sucede, el drama familiar no tiene limites porque en muchas ocasiones la locura y los sentimientos irracionales se imponen a la cordura y el razonamiento y es entonces cuando aparece el mayor enemigo de ambos progenitores, el egoísmo. Sobre todo cuando está en juego la custodia del pequeño. En muchos casos (no todos porque no se puede generalizar) el padre siempre pierde la custodia por el mero hecho de no ser madre (aclaro que no es un pensamiento machista). Esto ha sido así durante muchos y muchos años hasta que por fin y en pleno siglo XXI podemos alegrarnos de que pueda celebrarse la custodia compartida. Cierto es que habría que revisar cada caso para que se dictamine siempre en beneficio del menor pero sí es cierto que hasta hace unos años la madre era quien partía siempre con ventaja. Pues bien, todo este "speech" tiene una explicación y es la obra maestra: "Kramer contra Kramer".

Nunca una película había retratado hasta entonces con tanta verdad (y todavía nadie la ha superado) el drama familiar que supone la separación de unos padres. En este caso es la madre quien abandona el hogar y el padre es quien se encarga del niño. Este filme toma partido por el padre. Un Dustin Hoffmann en el mejor trabajo de su carrera (y esto son palabras mayores porque tiene una de las más brillantes filmografías de la mitad del siglo XX con títulos en su haber como "Tootsie", "el graduado" o "rain man", por citar unas pocas) En "Kramer contra Kramer" la naturalidad que desprende su interpretación es insuperable haciendo un personaje aparentemente sencillo pero que lleva tras de sí una enorme dificultad. Creo que no hay nada más complicado que meterse en la piel de un ciudadano de a pie. Representar la vida cotidiana es muy complicado para un actor porque sabes que muchos espectadores van a sentirse identificados contigo y tú no puedes defraudar. Creo que es el mayor examen para un actor. En este caso Hoffman aprueba con un sobresaliente porque traspasa la pantalla.
Meryl Streep no se queda atrás. Está a la altura de su compañero de reparto. Aunque el argumento gira en torno a las vivencias del padre y el hijo, las apariciones de Streep están cargadas de una intensidad como sólo ella es capaz. Y también hay que destacar al pequeño Justin Henry que a su corta edad dio una lección de interpretación.
"Kramer contra kramer" está dirigida por Robert Benton en 1979 y está basada en la obra homónima de Avery Corman.

Como en infinidad de ocasiones,  los actores escogidos para el filme no son los que finalmente lo protagonizan. En este caso paso con los protagonistas. Al Pacino y Jane Fonda fueron los primeros nombres que se barajaron pero ambos rechazaron los papeles. Y me alegro mucho. Jamás he dudado de su talento porque lo tienen y muy demostrado, sino que cada uno eche un ojo a sus respectivas filmografías, lo que ocurre es que la labor de Dustin Hoffmann fue, además, muy importante en el desarrollo de la película. Ayudó mucho al pequeño Justin Henry analizando y comentando con él cada escena antes de su rodaje. Hoffmann se acababa de separar de su esposa lo que contribuyó a alimentar su personaje con sus propias experiencias. Tanto es así que el director Robert Benton le ofreció firmar también el guión, algo que el actor rechazó.

"Kramer contra Kramer" obtuvo nueve nominaciones a los premios oscar de los cuales consiguió cinco merecidas estatuillas en las categorías de mejor película, director (Benton), actor (Hoffmann), actriz de reparto (Streep) y guión adaptado. El pequeño Justin Henry estuvo nominado como mejor actor de reparto. No lo ganó pero su nominación se convirtió en la primera para un actor novel tan joven. Una anécdota curiosa le ocurrió a Meryl Streep cuando tuvo un gran despiste al olvidarse su premio en la parte trasera del váter de un baño público.


Una gran película capaz de transmitir tanto en tan poco tiempo..., es una obra de arte.

miércoles, 26 de junio de 2013

TÚ Y YO (1957)

  
"El invierno debe ser muy frío para los que no tienen recuerdos con que calentarse, y nosotros ya hemos pasado la primavera"

Existe un género cinematográfico que en la actualidad no aporta, salvo en casos excepcionales, ningún título que merezca la pena ser visionado. Me estoy refiriendo al melodrama, un género basado en el drama pero en donde el romanticismo toma un papel principal dejando aflorar los sentimientos de los personajes de tal forma que traspasen la pantalla. Ahora el melodrama no se concibe de esta forma, sin embargo, sí hubo una época gloriosa en Hollywood (sobre todo en la década de los 50) donde emergian grandes películas de este estilo con directores de la talla de Douglas Sirk, Vincent Minnelli o el que nos ocupa a continuación: Leo MacCarey.

"Tú y yo", cuyo titulo original siempre me ha parecido mucho más hermoso y definitorio "an affair to remember" que traducido sería algo así como "un romance para recordar", es una de esas pocas joyas que nos transmiten el significado de los sentimientos, que nos muestra cuan maravilloso puede ser encontrar la felicidad en el amor y lo que se puede hacer para que ese amor crezca y no se termine jamás. Puede parecer un poco pastelón el significado que le estoy dando al filme. No es así porque en la cinta se suceden una serie desdichas que ponen a prueba ese amor.  Además, el pastel puede empalagar, sin embargo, si se come con medida puede ser un momento de lo más placentero y doy fe que esta sensación es la que genera ver esta película.
Los años la han tratado muy bien y está igual de fresca que cuando se estrenó por primera vez porque el amor no caduca ni envejece. Está presente en la vida de los seres humanos porque es un sentimiento inmortal. Todas estas sensaciones son muy difíciles de conseguir con un película. ¿Por qué "tú y yo" sí lo consigue? Pues la respuesta es muy sencilla. Tener un guión solido, un director con las ideas muy claras de lo que nos quiere ofrecer y cómo lo quiere hacer, pero sobre todo unas interpretaciones que se salen de lo corriente.

Cuando llegue el momento hablaré del acto's studio, de los actores que salieron de esta escuela de cine y del famoso método Stanislavski que utilizaban. Método del cual nunca me he opuesto pero del que discrepo en algunas cosas. Pues bien, en "tú y yo" no hizo falta utilizar ningún tipo de método. Tanto Déborah kerr como Cary Grant demuestran que se pueden transmitir las sensaciones, los sentimientos o las pasiones con una mirada, con un modo de respirar, con una sonrisa, con pocas palabras. Es una verdadera clase magistral de interpretación impartida por dos monstruos (en el mejor sentido de la palabra) de la pantalla. Es inevitable recordar la injusticia que la academia de Hollywood cometió con estos dos actores al no concederles nunca ningún premio óscar por ninguno de sus trabajos (sólo el honorífico y cuando ya estaban retirados - una forma de enmendar errores) Sin embargo, según una encuesta realizada hace unos pocos años en AFI (american film institute) Cary Grant figura como el segundo mejor actor de todos los tiempos. Hace años que me he desengañado de los premios, si no recuerdo mal Stallone (¿?) tiene uno, aunque reconozco que todos los años estoy pendiente de los óscars (todos solemos ser incongruentes algunas veces)

En Estados Unidos durante muchos años "tú y yo" fue una de las películas más queridas de la gente. Déborah Kerr recordaba en muchas ocasiones que cuando alguien se paraba a hablar con ella siempre le recordaba su interpretación en esta cinta (con la de grandes clásicos que esta mujer tenía a sus espaldas).

"Tú y yo" es un remake mejorado que el propio director realizó de su propia película estrenada en 1939 y protagonizada por Charles Boyer e Irene Dunne. El blanco y negro no la hizo mucha justicia aunque sí tuvo éxito pero no como la que MacCarey realizó en 1957. Esta historia de amor ha tenido tanto éxito que se han hecho varios remakes (como "algo para recordar" con Tom Hanks y Meg Ryan en 1993) y varios en tv.

La película obtuvo cuatro nominaciones y ningún premio en la gala de los óscars de aquel lejano 1957. En fin, una injusticia más.


"Tú y yo" es de esas películas nacidas para ser eternas, y ésta lo es.