miércoles, 26 de junio de 2013

TÚ Y YO (1957)

  
"El invierno debe ser muy frío para los que no tienen recuerdos con que calentarse, y nosotros ya hemos pasado la primavera"

Existe un género cinematográfico que en la actualidad no aporta, salvo en casos excepcionales, ningún título que merezca la pena ser visionado. Me estoy refiriendo al melodrama, un género basado en el drama pero en donde el romanticismo toma un papel principal dejando aflorar los sentimientos de los personajes de tal forma que traspasen la pantalla. Ahora el melodrama no se concibe de esta forma, sin embargo, sí hubo una época gloriosa en Hollywood (sobre todo en la década de los 50) donde emergian grandes películas de este estilo con directores de la talla de Douglas Sirk, Vincent Minnelli o el que nos ocupa a continuación: Leo MacCarey.

"Tú y yo", cuyo titulo original siempre me ha parecido mucho más hermoso y definitorio "an affair to remember" que traducido sería algo así como "un romance para recordar", es una de esas pocas joyas que nos transmiten el significado de los sentimientos, que nos muestra cuan maravilloso puede ser encontrar la felicidad en el amor y lo que se puede hacer para que ese amor crezca y no se termine jamás. Puede parecer un poco pastelón el significado que le estoy dando al filme. No es así porque en la cinta se suceden una serie desdichas que ponen a prueba ese amor.  Además, el pastel puede empalagar, sin embargo, si se come con medida puede ser un momento de lo más placentero y doy fe que esta sensación es la que genera ver esta película.
Los años la han tratado muy bien y está igual de fresca que cuando se estrenó por primera vez porque el amor no caduca ni envejece. Está presente en la vida de los seres humanos porque es un sentimiento inmortal. Todas estas sensaciones son muy difíciles de conseguir con un película. ¿Por qué "tú y yo" sí lo consigue? Pues la respuesta es muy sencilla. Tener un guión solido, un director con las ideas muy claras de lo que nos quiere ofrecer y cómo lo quiere hacer, pero sobre todo unas interpretaciones que se salen de lo corriente.

Cuando llegue el momento hablaré del acto's studio, de los actores que salieron de esta escuela de cine y del famoso método Stanislavski que utilizaban. Método del cual nunca me he opuesto pero del que discrepo en algunas cosas. Pues bien, en "tú y yo" no hizo falta utilizar ningún tipo de método. Tanto Déborah kerr como Cary Grant demuestran que se pueden transmitir las sensaciones, los sentimientos o las pasiones con una mirada, con un modo de respirar, con una sonrisa, con pocas palabras. Es una verdadera clase magistral de interpretación impartida por dos monstruos (en el mejor sentido de la palabra) de la pantalla. Es inevitable recordar la injusticia que la academia de Hollywood cometió con estos dos actores al no concederles nunca ningún premio óscar por ninguno de sus trabajos (sólo el honorífico y cuando ya estaban retirados - una forma de enmendar errores) Sin embargo, según una encuesta realizada hace unos pocos años en AFI (american film institute) Cary Grant figura como el segundo mejor actor de todos los tiempos. Hace años que me he desengañado de los premios, si no recuerdo mal Stallone (¿?) tiene uno, aunque reconozco que todos los años estoy pendiente de los óscars (todos solemos ser incongruentes algunas veces)

En Estados Unidos durante muchos años "tú y yo" fue una de las películas más queridas de la gente. Déborah Kerr recordaba en muchas ocasiones que cuando alguien se paraba a hablar con ella siempre le recordaba su interpretación en esta cinta (con la de grandes clásicos que esta mujer tenía a sus espaldas).

"Tú y yo" es un remake mejorado que el propio director realizó de su propia película estrenada en 1939 y protagonizada por Charles Boyer e Irene Dunne. El blanco y negro no la hizo mucha justicia aunque sí tuvo éxito pero no como la que MacCarey realizó en 1957. Esta historia de amor ha tenido tanto éxito que se han hecho varios remakes (como "algo para recordar" con Tom Hanks y Meg Ryan en 1993) y varios en tv.

La película obtuvo cuatro nominaciones y ningún premio en la gala de los óscars de aquel lejano 1957. En fin, una injusticia más.


"Tú y yo" es de esas películas nacidas para ser eternas, y ésta lo es.

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