miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA LEY DEL SILENCIO (1954)


"¡Me alegro de lo que hice! ¿Lo oís? ¡Me alegro de lo que hice! ¡Y continuaré haciéndolo!"
 
Una polémica joya del séptimo arte. Para el que no haya visto la película o conocido las andanzas de su director, esta frase puede resultarle bastante incongruente. Lo cierto es que "la ley del silencio" es una obra maestra de la que desconocemos sus verdaderas intenciones. La persona que posee la verdad absoluta sobre este filme murió ya hace algunos años así que sólo podemos acogernos a lo que cada uno piense después de verla. Como no me gusta hacer mucho caso a los críticos (aunque respete su profesión) cada uno puede dar una visión equivocada o demasiado personal sobre la cinta en base a la polémica figura de su director. En este artículo no voy a emitir ningún juicio de valor sobre esta persona porque al margen de lo que piense sobre él, sus trabajos son maravillosos y en su haber destacan verdaderas obras maestras. Me estoy refiriendo al director Elia Kazan. "La ley del silencio" es su película más comprometida en muchos aspectos y quizás la mejor de su filmografía. Antes de entrar en materia y desgranar la polémica no podemos olvidarnos del trabajo de un Marlon Brando impresionante, demostrando que su interpretación en "un tranvía llamado deseo" o en "viva Zapata" no eran simples anécdotas. Aquí se convierte en lo que muchos después denominarían como "el mejor actor de la historia del cine". Éstas afirmaciones no me gustan porque cada uno tiene al suyo y no siempre coincide con los de la mayoría aunque lo que sí es de ley, es decir que ha sido (y lo sigue siendo porque sus películas no mueren) uno de los más grandes (y no lo digo con ironía) del cine. En "la ley del silencio" demuestra la grandeza de su talento y se convierte en uno de los iconos del siglo XX que perdurará para siempre porque las generaciones de actores de hoy y también las futuras beben y beberán de su fuerza interpretativa.

"La ley del silencio" se estrenó en 1954 y como ya he apuntado fue dirigida por Elia Kazan. El reparto estuvo formado, además de Brando, por Eva Marie Saint en su debut cinematográfico, Karl Malden, Lee J. Cobb y Rod Steiger, entre otros.

Vamos a entrar en materia. La película retrata la vida de unos estibadores de Nueva York que viven bajo la dictadura de sus jefes, unos empresarios capaces de cualquier cosa para su beneficio, y para colmo, con un sindicato laboral controlado por la mafia. Los pobres trabajadores se ven incapaces de poder denunciar los abusos que sufren en el trabajo por miedo a perder la vida. Es decir, se impone la ley del silencio (oír, ver y callar). Ésta historia está basada en hechos reales ya que durante las primeras décadas del pasado siglo las situaciones de los estibadores de la ciudad de "las libertades" eran igual de tristes y peligrosas. La película desde el principio se pone del lado de los oprimidos denunciando los abusos a los que muchos trabajadores están sometidos. Se trata de un filme comprometido con polémica incluida. "La ley del silencio" para muchos podría tratarse de un alegato comunista. No hay que olvidarse de que Elia kazan durante muchos años perteneció a dicho partido pero resulta que nos encontramos en 1954, en plena guerra fría con la unión Soviética y con el senador McCarthy haciendo de las suyas. Para poner en antecedentes recordaré que  durante la década de los cincuenta el senador Joseph McCarthy, miembro del partido republicano, inició una persecución indiscriminada, en muchas ocasiones sin pruebas o haciendo acusaciones infundadas e incluso creando listas negras, contra todas aquellas personas que pudieran ser sospechosas de ser comunistas. A esto se le llamó "caza de brujas", pues bien, olvidando por completo la presunción de inocencia (lo que sí aplicaba era la presunción de culpabilidad) el acusado debía desmentir y probar que no pertenecía o simpatizaba con los comunistas. Quienes reconocían su culpa podían labar su imagen delatando a sus "camaradas". Este acto lamentable (por no decir otra cosa) fue ejecutado por muchos intelectuales, actores, directores...,  y uno de ellos fue Elia Kazan. Este hecho le marcó de por vida pero no mermó su inteligencia a la hora de dirigir grandes filmes. En 1999 recibió un oscar honorífico por toda su carrera y parte del recinto que albergaba la ceremonia se negó a aplaudirle y mucho menos a ponerse en pié como símbolo de rechazo al director. En "la ley del silencio" el personaje de Brando decide delatar a sus compañeros del sindicato (algunos incluso familiares) al que él mismo había pertenecido después de sufrir un importante conflicto moral (no cuento más por si alguien no la ha visto). Paradójicamente Kazan, cuando el partido político al que pertenecía empezó a ser perseguido, para salvar su trasero decide delatar a sus compañeros. En la película el director da la sensación de querer justificar, a través su protagonista, sus acciones. Una frase reveladora del filme dice "lo que para ellos es delación para vosotros significa libertad". Se han escrito multitud de artículos intentando explicar las verdaderas intenciones del director. Sea como sea, que cada uno cuando la vea saque sus propias conclusiones. Lo que está claro es que se trata de una obra maestra imprescindible para cualquier aficionado al séptimo arte.

La película tampoco estuvo exenta de detalles curiosos. Después de rodarla, tanto Marlon Brando como Rod Steiger no se dirigieron la palabra. No se conocen las razones, sólo podemos saber que hasta 44 años después no volvieron a hablarse gracias a una carta que Brando envió a Steiger elogiándole. De esta forma enterraron su larga enemistad.
El papel de Edie Doyle (su partenaire femenina) le fue ofrecido en primer lugar a Grace Kelly quien lo rechazó al estar rodando con Hitchcock "la ventana indiscreta". Tampoco Marlon Brando fue la primera opción sino Frank Sinatra (menos mal que Kazan cambió de opinión), la interpretación de Brando estuvo muy trabajada ya que durante un tiempo convivió con estivadores, preocupándose de sus problemas y viendo en primera persona cómo trabajaban. El actor acabó dando al personaje una buena dosis de inseguridad con apariencia de duro pero con gran carga emocional.

La banda sonora estuvo compuesta por el siempre eficiente Leonard Bernstein, un compositor y director de orquesta legendario que ya había demostrado su talento en "un día en Nueva York" y que pocos años después lo volvería a hacer con "west side story".
"La ley del silencio" es una de las películas más premiadas de la historia del cine. De las doce nominaciones que consiguió en los óscars, se alzó con ocho estatuillas: película, director, actor (Brando, años después, se arrepentiría de haberlo aceptado dada la penosa opinión que tenía de los estudios y de la academia de Hollywood cuyos premios consideraba ridículos), actriz secundaria (Eva Marie Saint, primer rol cinematográfico y primer premio), guión original, montaje, dirección artística y fotografía.


Sobre la película, años más tarde, Elia Kazan dijo lo siguiente: "a veces la mejor de dos opciones difíciles consiste en decir que tus amigos son unos criminales. Llegar a un juicio como ese es muy duro y lo haces a contracorriente". Es una frase con muchas segundas lecturas que yo no voy a descifrar porque lo que de verdad ha quedado para la posteridad es una obra maestra imprescindible.



MATAR A UN RUISEÑOR (1962)

 "La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno mismo"
La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno mismo. - See more at: http://www.frasesdepeliculas.com.co/2013/01/matar-un-ruisenor-robert-mulligan.html#sthash.vaNNiM4U.dpuf

Si existe alguien capaz de no emocionarse con esta película es que carece de sensibilidad emocional y esto es muy triste. No hay nada más bello que emocionarse y dejar aflorar los sentimientos sean cuales sean. "Matar a un ruiseñor" es de esas películas que te dejan huella, te marcan de por vida. A todos nos hubiera gustado vivir una infancia como la que viven los hijos de Atticus Finch en la película, de la misma forma que a todos nos hubiera gustado tener un padre como él (sin desmerecer al que cada uno tiene) o ser un padre como él y una persona de una integridad como la suya. En ocasiones puedo pecar de abusar de calificativos a la hora de analizar las películas pero es que a veces me es difícil expresar con palabras lo que una obra te hace sentir. Han pasado más de cincuenta años pero el tiempo, en ocasiones, lo que hace es mejorar, dignificar y engrandecer como ocurre en este caso con "matar a un ruiseñor". Además es un fiel reflejo de la mentalidad que en los años treinta del siglo pasado, tenía la gente con respecto a muchos asuntos como el racismo. Éste no es el único tema que trata la película aunque sí es uno de los más importantes. Para mí el el tema protagónico reside en reflejar la condición humana ante todo tipo de situaciones, desde las más cotidianas hasta las más curiosas. Y en cierta medida, en una época como la que vivimos en donde la desconfianza prima sobre todas las cosas, este filme y sobre todo su personaje protagonista, nos reconcilia con el ser humano. Nos obliga a abrir nuestra mente y pensar que existen personas buenas en el mundo capaces de poner la otra mejilla si hace falta. También nos muestra una realidad, en teoría del siglo pasado pero que en nuestra actualidad todavía se repite en muchos lugares del planeta. Aún quedan resquicios de esa mentalidad que en muchas ocasiones resulta muy preocupante. A veces involucionamos y damos marcha atrás como los cangrejos por eso esta película, aunque haya pasado el tiempo, la vemos fresca, actual y atemporal aunque la historia esté ubicada en el sur de los Estados Unidos de 1932, en plena depresión económica (curiosamente como ahora)

Para empezar hay que decir que se trata de la adaptación de una novela de la escritora Harper Lee, ganadora de un premio Pulitzer. Fue un éxito total y todavía hoy en día para las universidades americanas es un libro de referencia. Fue el único que publicó su autora pero al igual que le sucedió a Margaret Mitchell (la escritora de la novela "lo que el viento se llevó") su única obra le sirvió para pasar a la posteridad.

"Matar a un ruiseñor" la dirigió Robert Mulligan, un director que a pesar de su extensa carrera ("cuando llegue septiembre", "verano del 42", "la rebelde", "la noche de los gigantes"...) siempre será recordado por éste título. Estuvo protagonizada por el mejor Gregory Peck y no voy a citar títulos suyos porque todos guardamos en nuestra memoria muchas de sus interpretaciones pero aquí se encuentra en estado de gracia. Es el mejor momento de su carrera y lo demuestra. Cuando el productor de la cinta Alam J. Pakula y el propio Mulligan mandaron el guión a Peck sin que éste les conociera, lo leyó y aceptó de inmediato. Incluso la propia Harper Lee se mostró encantada regalándole un reloj suyo que el actor lleva puesto durante todo el rodaje. Otros nombres se barajaron para interpretar a Atticus Finch como Rock Hudson o James Stewart (con la ideología tan conservadora de este hombre no se si hubiera sido capaz de aceptar) pero afortunadamente se llevó a cabo uno de los mayores aciertos de toda la historia del cine al contratar a Gregory Peck. El personaje de Atticus se convirtió en el gran héroe americano y yo diría que el mayor héroe del planeta. Un hombre sencillo, íntegro, sensato, bueno, paciente y como dice una frase de la película: "hay hombres en este mundo que han nacido con la tarea de cargar con los problemas de los demás y Atticus es uno de ellos".

"Matar a un ruiseñor" muestra la infancia de dos hermanos: Jem y Scaut de 10 y 6 años respectivamente. Mary Badham fue la actriz más joven en ser nominada a un premio óscar (tenía diez años en la vida real) pero injustamente no lo ganó (aunque Patty Duke, la ganadora de 16 años, también lo mereció por su intensa interpretación de la niña ciega, sorda y muda de "el milagro de Ana Sullivan"). Tanto ella como Philip Alford (Jem y que hoy en día es un exitoso hombre de negocios) encarnan a sus personajes con una naturalidad impresionante (sobre todo teniendo en cuenta que era su primer trabajo como actores) Ellos mantuvieron una estrecha amistad con Gregory Peck que duró hasta la muerte del actor en 2003. Incluso Mary Badham (Scaut) en los descansos de los rodajes acudía a casa de Peck a jugar con sus hijos. Otro joven actor, en este caso secundario, es Tití, el vecino de los hermanos Finch encarnado por John Megna. Según Harper Lee (la autora) este personaje está inspirado en el escritor Truman Capote que era amigo suyo y en su infancia fueron vecinos.

Con una banda sonora inolvidable compuesta por Elmer Bernstein también destaca por unos títulos de crédito que además de originales son detalles que tienen que ver con la historia. La película fue a la ceremonia de los oscars con cinco nominaciones llevándose tres estauillas (mejor actor para Gregory Peck, mejor guión adaptado y mejor dirección artística y escenografía en blanco y negro). También hay que destacar que fue el debut cinematográfico de Robert Duvall que aunque aparece poco en la película, el actor lo trabajó mucho y muy bien. Su personaje encarnaba a un joven misterioso y con problemas mentales de unos treinta años de edad y para hacerlo pasó seis semanas alejado de la luz solar y se tiñó el pelo de un rubio casi blanco.

Gregory Peck siempre se sintió muy orgulloso del personaje de Atticus Finch. En declaraciones suyas afirmó que "no pasa un solo día en que no piense en lo afortunado que fui por participar en aquella película. Hace poco me senté en una cena junto a una mujer que vio la película cuando tenía catorce años, y ella decía que había cambiado su vida. Escucho ese tipo de cosas constantemente". Con estas frases del actor se resume lo que ha significado para él, para todos los que la hemos visto y para la historia del cine, "matar a un ruiseñor".

Como pequeño anecdotario, el joven actor Philip Alford (Jem) no quería hacer la película pero cuando sus padres le dijeron que durante el rodaje no iría al colegio, no se lo pensó dos veces. La pequeña Scaut, además de ganarse el cariño de todo el equipo, tuvo la suerte de poder jugar por el plató con sus jóvenes compañeros sin que Mulligan protestara, más bien todo lo contrario, les dejo a su aire y no quiso molestarles. Hizo bien porque consiguió esa naturalidad en ellos que deseaba para la película.


Son muchas cosas las que pueden decirse de esta cinta. Mi modesto análisis no pretende otra cosa que recordar esta obra y procurar que permanezca en el recuerdo de todos los que la hayamos visto. Creo que uno de los mayores placeres que puede haber en la vida es ver por primera vez "matar a un ruiseñor".

¿VICTOR O VICTORIA? (1982)

  "Soy una mujer enamorada de un hombre pero que finge ser un hombre"

Quiero recordar a través del análisis de esta película a una de las parejas de hecho más perfectas que ha dado la industria del cine. No podríamos concebir las películas de Blake Edwards sin la banda sonora de Henry Mancini de la misma forma que tampoco podríamos contemplar una obra de Mancini si no está inmersa en una historia de Edwards. Con esto no quiero desprestigiar la labor de otros directores cuya química con los compositores de sus bandas sonoras han sido también impecables. Por ejemplo Hitchcock con Bernard Hermann (aunque su unión estuvo llena de complicaciones debido al fuerte carácter de ambos). En este caso esta unión es sublime. Su primera colaboración y que dio lugar a un sinfín de filmes más fue "desayuno con diamantes" (con su maravilloso "moon river") después vinieron "días de vino y rosas", "la pantera rosa" (y sus secuelas), "la carrera del siglo", "el guateque" y muchas más hasta llegar a "Víctor o Victoria".  Puede que musicalmente sea la más completa de todas (yo así lo creo). Mancini compuso la partitura de un musical que pasaría a la historia por su frescura, ritmo y genialidad a la hora de adaptarse a diferentes estilos (como el jazz, la clásica balada o hasta el pasodoble)

"Víctor o Victoria" es una obra maestra de la comedia musical y son muchos los factores que han contribuido a ello. Primero, como ya he dicho, la unión de Blake Edwards, que escribió un guión muy a su estilo y a su forma de concebir la comedia añadiendo su maestría a la hora de dirigir, con un Henry Mancini inspiradísimo. A estos hay que sumar una Julie Andrews guapísima haciendo el que para mí es el papel de su vida. Por supuesto que "sonrisas y lágrimas" o "Mary Poppins" son ejemplos del talento interpretativo de esta gran actriz pero es que en "Víctor o Victoria" demuestra lo versátil que es además de aflorar su lado más sexy (que sí lo tenía). Su rostro, sus gestos, su forma de moverse, su feminidad y su masculinidad. Si recordamos el argumento, trata de una cantante sin éxito que un día por una divertida casualidad conoce a un cantante gay en proceso de decadencia que tiene la idea de convertirla en un transformista pero no al uso sino una mujer que se hace pasar por un hombre y que a su vez se trasviste de mujer para realizar sus actuaciones. Parece enrevesado pero ello da lugar a un sinfín de divertidas situaciones que hacen que la comedia surja espontáneamente como casi todo lo que creaba Edwards. El reparto no pudo estar mejor escogido. Primero hay que destacar el gran trabajo de Robert Preston, sin lugar a dudas el mejor personaje de la obra y con el que empatizas desde el primer momento que aparece en la pantalla. Un homosexual con pluma pero que no llega a ser una "loca" (como por ejemplo Michael Douglas en "behing the candelabra"). La verdad es que resulta muy gratificante para la memoria del actor, recordarle por este trabajo más aún cuando descubriendo su filmografía observamos que fue su último gran papel. También nos encontramos con un James Gardner explotando su vena cómica moldeada por Edwards y ¡qué maravilla! Como maravillosa es Lesley Ann Warren, un personaje odioso a la vez que divertido y muchos más secundarios que forman parte imprescindible en el filme ya que sin ellos la película no podría alcanzar esa dosis de comedia que tiene. De todas formas, Blake Edwars siempre ha otorgado a sus actores secundarios o de reparto, una importancia vital para poder ejecutar las acciones de comedia.

Estamos en 1982 cuando los derechos de los homosexuales no estaban reconocidos, es más, estaba mal visto y existía una homofóbia generalizada sobre todo en Estados Unidos (la verdad es que tampoco han cambiado mucho las cosas en ese país aunque legalmente se esté avanzando). Pues resulta que el tratamiento que la película da a la homosexualidad es de una naturalidad y elegancia asombrosa. Cierto es que la historia se ubica en Francia (como si fuese más liberal...) No existen los prejuicios y aunque (para los más susceptibles) pueda haber alguna que otra broma machista se resuelve sin dañar a nadie. Es de admirar lo avanzada que fue en este tema. Es verdad que con humor todo puede hacerse y ver a un mariquita en pantalla siempre ha hecho mucha gracia sobre todo a los machistas homófobos pero la película tiene unos diálogos que aunque estén disfrazados de comedia llevan dentro una gran carga de verdad y crítica a lo que no debería ser. Uno de los mensajes que a mí más me llegan es que la sexualidad no es más que un complemento en el ser humano y lo que de verdad importa es eso precisamente, el ser humano. Lo demás son añadidos que deben ser respetados porque el respeto es la cualidad que las personas debemos ejercer sobre todas las cosas y esta película, insisto, aunque esté disfrazada de comedia lleva consigo muchos mensajes. Yo recomiendo verla dos veces; una para disfrutar de sus gags, diálogos hilarantes y momentos más que divertidos y otra para captar el mensaje que muchos de sus diálogos llevan en segunda lectura. Estoy seguro que después de verla dos veces, llegaremos a la conclusión de que estamos ante una obra maestra de la comedia musical (aunque quizás la película tenga más comedia que números musicales, eso sí, cada número es de una belleza inigualable)

Esta obra ha sido adaptada al teatro y es un musical que triunfó en Broadway de la mano de Julie Andrews. Fue en estas representaciones cuando a la actriz le salieron unos nódulos benignos en la garganta que la llevaron al quirófano con tan mala fortuna que un error medico dañó sus cuerdas vocales para siempre, obligándola a retirarse del mundo de la música.
En España a mediados de la década del 2000 se estrenó la adaptación en español de la obra con Paloma San Basilio y Paco Valladares (encarnando al entrañable Toddy) con gran éxito de público y crítica.

"Víctor o Victoria" obtuvo siete nominaciones a los premios oscar (entre ellos Julie Andrews, Robert Preston y Lesley Ann Warren) y sólo consiguió una estatuilla en la categoría de mejor banda sonora para Henry Mancini. La película sí triunfó en los globos de oro con premios a Julie Andrews y a la categoría de mejor película, entre otras.


Una obra maestra con un único objetivo: pasar dos horas divertidas y disfrutar del genio de todos los que la han hecho posible.
Una comedia musical para la historia.