sábado, 5 de octubre de 2013

EL VIOLINISTA EN EL TEJADO (1971)

"¡Tradiciones, tradiciones... si no fuera por nuestras tradiciones, nuestra vida sería tan insegura como... un violinista en el tejado!"

"El violinista en el tejado" representa lo que significa el séptimo arte. Nunca ha estado en el olimpo de las más grandes y sin embargo creo que lo es. Es una película que hay que reivindicar. Recrea con gran veracidad una raza, una cultura, unas costumbres, una época, una realidad. Habla de los valores humanos y de la opresión, de la relación de un hombre judío con su familia, vecinos y con Dios. Habla de la tradición, el orgullo y la dignidad, de todas las clases de amor que existen en el ser humano: el de un padre, un hijo/a, una pareja, el amor hacia Dios, a los animales, a tu patria, a tu esencia, a tu raza, a ti mismo y a todos tus semejantes. Además es divertida, alegre, triste, melancólica, tierna. Te remueve un sinfín de sensaciones. (Es la repera)

Dirigida en 1971 por Norman Jewison se trata de la versión cinematográfica del musical (del mismo nombre) estrenado en Broadway en 1964 con Zero Mostel como protagonista. De este musical cabe destacar el personaje de Yente, la casamentera, que fue interpretado por Beatrice Arthur, la que más tarde conoceríamos como Dorothy en la popular e inolvidable serie "las chicas de oro". Este musical se convirtió en la obra de más larga permanencia en cartel de la historia de Broadway.

"El violinista en el tejado" está basado en una novela del escritor ruso Shalom Aleichem titulada "las hijas de Tevye". En 1968 se adquirieron los derechos de la obra y se llamó a Norman Jewison, que fue contratado porque pensaban que era judío cuando en realidad no lo era (un añadido más para elogiar el gran trabajo de este director).
Varios actores rechazaron el papel de Tevye entre los que se encontraban Anthony Quinn, Orson Welles y Marlon Brando. Sin embargo, Frank Sinatra sí estaba interesado en hacer el personaje pero no fue elegido.
Cuando el director fue a ver la representación de la obra en Londres, se dio cuenta que aquel actor israelí llamado Chaim Topol era la persona perfecta para el papel. Cuando a Jewison se le preguntó el por qué de su elección, él respondió: "Tevye debía ser encarnado por alguien cuyo origen, corazón y alma fuese de la primera o segunda generación de judíos de Rusia o alguien tan cercano a ellos que pudiera sentirse como uno de ellos, puesto que su autor Shalom Aleichem describía a ese colectivo de personas en particular. Eso me condujo a una persona de ascendencia europea. No creía que un americano de segunda generación de Brooklyn pudiera remontarse tan lejos en sus raíces. No quería que tuviera que remontarse más allá de su propio padre, tanto étnicamente como emocionalmente".
Para el papel de Golde se pensó primero en Anne Bancroft, que ya había cosechado grandes éxitos con "el graduado" o "el milagro de Anna Sullivan", pero finalmente se optó por Norma Crane quien nos ofrece una gran lección interpretativa.

Como curiosidad, el actor Michael Glasser, de ascendencia judía y famoso años después por interpretar al moreno de la exitosa serie "Starsky & Hutch" tuvo que ponerse lentillas de color marrón para ocultar sus ojos azules. Y siguiendo con más curiosidades, a Topol, para hacerle parecer cada vez más mayor a lo largo del film, tuvieron que recortar pelos de la barba blanca del propio director para colocarlas en las cejas del actor.
Como estoy generoso aquí va otra anécdota, Jewison llamó al fotógrafo Oswald Morris para que diera un tono más terrorífico al color de la imagen en la escena del sueño de Tevye y para ello puso una media de nylon de color café que ajustó al objetivo de la cámara. Para terminar con las batallitas no quiero olvidarme del acto de generosidad que tuvo Norman Jewison al pagar a un agricultor local para que mantuviera el resto de su vida natural, no fílmica, a Shmuel, el caballo de Tevye que fue adquirido para la película.

"El violinista en el tejado" obtuvo once nominaciones a los oscars de los cuales, una vez más y de forma injusta, sólo consiguió tres: sonido, fotografía y banda sonora (¡menos mal!)
No me quiero olvidar de Isaac Stern, uno de los grandes violinistas del siglo XX que dobló los sólos de violín del filme.
Cuántas veces habremos escuchado su canción más famosa "if a were a rich man" (si yo fuera rico...), uno de esos temas inmortales como "over the rainbow" o "moon river" y que forman parte de la cultura popular.


"El violinista en el tejado" consigue algo muy difícil y es que durante las tres horas aproximadas de duración, queramos ser mejores personas (una de las grandezas del cine) y si encima lo conseguimos, sólo tendremos que decir: gracias violinista en el tejado.

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